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Babydog

Babydog, una oficina organizada en torno a un muro de carga convertido en arcada. Un espacio de trabajo situado más allá de los límites de la sucesión de relatos y tiempos superpuestos que encontramos al entrar en una antigua casa.

La empresa de publicidad BABYDOG decidió mudarse a una antigua vivienda situada en la cuarta planta de un inmueble medianero en el centro del casco histórico de la ciudad de Granada. Esta vivienda, alargada, con una fachada corta a la calle y delimitada por el estrecho patio de la comunidad y por un minúsculo espacio de ventilación, se presentaba absolutamente compartimentada: siete pequeñas habitaciones eran organizadas por un largo pasillo que recorría la vivienda a lo largo del patio. Sólo las estancias situadas en fachada tenían las condiciones suficientes de habitabilidad. Las necesidades demandadas por un programa como este, una oficina, obligaba a una completa estructuración del inmueble. Lo primero en acometer sería el descarnado puntual de todos los paramentos para descubrir que los elementos analizados formaban parte de un complejo entramado estructural de muros de carga, Rascando hasta recuperar la textura de ladrillo macizo del muro original con todas las heridas sufridas a lo largo del tiempo (paso del cableado, piezas de madera de antiguas carpinterías y elementos de atado) se realizaron posteriormente unos cortes y vaciados que permitían que el paramento siguiera trabajando estructuralmente a la vez que se conseguía la deseada continuidad y comunicación entre espacios. El apeo estructural se realizó con piezas metálicas curvas cortadas a láser y atirantadas en el forjado inferior.

El resultado; un “patchwork” cerámico de tiempos, huellas y texturas a través de una sucesión de arcos que se conectaban y desconectaban a la vez que permitían la prolongación espacial la llegada de la luz procedente de los patios y de la calle Darrillo de la Magdalena. El techo de escayola también fue desmontado para dejar ver los elementos originales de madera que recorrían toda la vivienda anterior. 

Una infraestructura continua, un mueble desplegado por el suelo y la pared terminó de dotar al espacio de los servicios necesarios para el uso de oficina, actuando como elemento de almacenaje, escritorio, estantería, contraventana y línea de distribución para las instalaciones de luz y aire.

En los extremos del ya transformado pasillo, dos puertas (la del baño y los despachos) se forraron de espejo para, enfrentadas, producir la ilusión de haber descubierto una arcada infinita que, sustituyendo al antiguo corredor, se extendía más allá de los límites de la vivienda.

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